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2025 ¿ESTÁ LA HUMANIDAD ADAPTADA BIOLÓGICAMENTE PARA LARGOS VIAJES POR EL ESPACIO?

¿Está la humanidad adaptada biológicamente para largos viajes por el espacio? ¿Es la tecnología actual capaz de solucionar todos los problemas médicos que pueden acontecer a los tripulantes en esas singladuras siderales?

Las dos preguntas se contestan con un rotundo “NO”.

Cuando imaginamos un viaje espacial, seguramente nos viene la imagen de una maravillosa nave impulsada por un poderoso motor que transporta a un grupo de lo más granado del género humano de un punto a otro del universo pero, los problemas para esos nautas modernos comienzan nada más cruzar el límite entre la atmósfera y el espacio exterior, la llamada línea Kartman (100km de altura). Ahí la microgravedad empieza a afectar el cuerpo humano y, aunque a primera vista es un momento emocionante y hasta divertido para los que la atraviesan, a la larga, es realmente una fuente de problemas graves.

Los problemas y posibles soluciones:

Los humanos estamos hechos para vivir en la Tierra soportando 1G. Podemos resistir, en según qué situaciones, algunos más pero, para lo que no lo estamos, es para no tener ninguna. 

La ingravidez es la causante de la mayoría de los problemas médicos que sufren los astronautas. (Se sabe que la vida en el espacio reduce la densidad ósea, influye en la microbiota, la cognición y afecta a la expresión de los genes) Algunos son leves y se pueden prevenir, otros se corrigen una vez de vuelta en el planeta. Luego están los graves que pueden traer consecuencias nefastas.

 


¿Se puede solucionar la ingravidez? No. Hoy en día no hay ninguna solución a corto o medio plazo. Se podría paliar de algún modo el problema con naves más rápidas que acortasen la permanencia de los tripulantes hacia sus destinos pero, por ahora, no las hay. Existen proyectos de motores de plasma que podrían, en un viaje a Marte por ejemplo, acortar el tiempo del mismo a la mitad. Aún así, serían más de tres meses en el mejor de los casos. Demasiado para el cuerpo humano.

 

 

PROBLEMAS

ESTANCIAS PROLONGADAS EN EL ESPACIO

 

·        Problemas en la piel

En los astronautas que han pasado más de 300 días en órbita. Se detectó una mayor sensibilidad en su piel y una erupción cutánea durante unos seis días tras su regreso. La ausencia de presión sobre las plantas de los pies hace que la piel se vuelva más suave y pierda dureza, mientras que en la parte superior aparecen callos por la fricción con los soportes de la estación.

 

·        Alteración de la expresión genética del folículo piloso humano


Entre las leves podríamos nombrar un estudio publicado en 2016 en el portal New York Post reveló que los vuelos espaciales pueden alterar la expresión genética del folículo piloso humano, lo que puede afectar el crecimiento del cabello.

Los genes responsables del crecimiento del cabello pueden experimentar una "regulación positiva", restringiendo la proliferación celular en los folículos pilosos.

Esto se ha podido constatar cuando han regresado a la Tierra los astronautas Barry Wilmore, (62 años), y Sunita Williams (59), quienes pasaron más de nueve meses varados en la Estación Espacial Internacional (EEI).

 

·         Estudio Gemelos (Twins Study en inglés). 


La NASA inició hace unos años un estudio destinado a investigar los efectos de un viaje de larga duración sobre el ser humano, denominado Estudio Gemelos. En el estudio participaron dos astronautas gemelos: los hermanos Kelly (gemelos monocigóticos) para aprovechar su programación genética idéntica.  Uno de los gemelos, Mark Kelly, permanecería en tierra durante los 340 días del experimento, mientras que el otro, Scott Kelly, formaría parte de diversas expediciones en la Estación Espacial Internacional. A efectos prácticos sería como tener a la misma persona (genéticamente hablando) en tierra y en el espacio y sería más sencillo identificar diferencias asociadas principalmente a la estancia en el espacio determinar cómo había afectado el largo periodo en el espacio a uno de los hermanos. 

Los datos moleculares (bioquímicos, proteómicos, metabolómicos, genéticos y transcriptómicos) que fueron recopilados a partir de las 183 muestras de sangre de los gemelos, los resultados se publicaron en la revista Science.

Se detectaron cambios en Scott Kelly, el hermano en la Estación Espacial Internacional, en muchas de las características analizadas. No obstante, la mayoría de los cambios se restituyeron al estado anterior al inicio del viaje espacial una vez finalizado el estudio.

Uno de los hallazgos más inesperados del estudio es el relativo a la longitud telomérica. Los telómeros son las estructuras terminales de los cromosomas, responsables de proteger los extremos y mantener su estabilidad. La longitud de los telómeros se reduce con la edad y el estrés y es un marcador de envejecimiento. Ante la exposición de Scott Kelly a la radiación del espacio y al estrés propio de la situación, los investigadores esperaban encontrar una reducción en la longitud de los telómeros de sus células sanguíneas. Sin embargo, lo que detectaron es que los telómeros del astronauta mostraban una mayor longitud durante su estancia en el espacio, disminuían tras su retorno a la Tierra en tan sólo 48 horas incluso quedando por debajo de los valores obtenidos previamente a la estancia espacial, estableciéndose en su media previa los meses siguientes.


 

También se observaron algunos cambios en la expresión génica (el mecanismo que interpreta el ADN para producir proteínas en las células) que podrían estar relacionados con su viaje espacial. Los astronautas sufren niveles de radiación hasta 100 veces superiores.

Otro resultado interesante del estudio es el hecho de que el sistema inmunitario responde adecuadamente a la vacunación en el espacio. El astronauta Scott Kelly recibió una vacuna frente a la gripe durante su estancia en la Estación Espacial Internacional, convirtiéndose en la primera persona en recibir una vacuna en el espacio. Tras la vacunación el sistema inmunitario del astronauta reaccionó según lo esperado, lo que es un resultado muy prometedor para los viajes espaciales de larga duración, ya que implica que si un astronauta necesitara una vacuna, esta podría ser administrada.

Si el genoma humano contiene la información genética necesaria para el desarrollo y funcionamiento de una persona, el epigenoma es el conjunto de mecanismos reguladores que facilitan la interpretación y ejecución de las instrucciones genéticas. Los mecanismos epigenéticos actúan a menudo como un nexo de unión entre el ambiente y los genes. Así, aunque en esencia, los dos hermanos Kelly comparten su ADN, su epigenoma puede verse modificado en función de sus experiencias, o de los factores ambientales a los que son expuestos los dos hermanos. Los investigadores analizaron el epigenoma de ambos gemelos a lo largo del experimento y detectaron cambios en los patrones de metilación, algunos de los cuales han permitido identificar genes relacionados con la respuesta al ambiente de la experiencia espacial.

Otra de las características moleculares para las que se obtuvieron diferencias en el hermano en el espacio respecto al gemelo que permaneció en tierra es la expresión génica. Los investigadores detectaron cambios en la expresión de ciertos genes antes, durante y después del viaje en ambos hermanos. En el caso de Scott, los cambios observados revirtieron a la normalidad tras su vuelta a la Tierra, aunque los investigadores detectaron algunos cambios de expresión permanentes, que suponen asociados a daños en el ADN ocurridos por la radiación. Además, los cambios de expresión observados a lo largo del experimento apoyan otros resultados del estudio como la regulación de la longitud de los telómeros o la respuesta al daño del ADN.

Las mitocondrias son los orgánulos celulares donde se produce la respiración celular, proporcionando gran parte de la energía necesaria para la actividad celular. Y lo que se vio a este nivel es que el nivel de ARN mitocondrial (el material genético que contiene este orgánulo) se incrementó durante la estancia en el espacio, con lo cual se deduce que hay un incremento de la respiración celular (se necesita más energía).

Además, se detectó un aumento del nivel de ácido láctico, lo cual junto con otros indicadores de la expresión genérica indica que se ha pasado al metabolismo anaeróbico (sin oxígeno). Es decir, hay cambios en el metabolismo debidos a una menor cantidad de oxigeno y las diferencias en la presión parcial del mismo.

Se observaron cambios en el grosor de las arterias en el gemelo que pasó tiempo en la estación espacial internacional, permaneciendo más gruesas hasta cuatro días después de su vuelta a la Tierra. Esto tiene que ver con las condiciones estresantes de la vida en el espacio, la ida y la vuelta.

Las agencias espaciales intentan que sus astronautas consuman una variedad de alimentos nutritivos, incluyendo algunas hojas de ensalada cultivadas a bordo de la estación, para controlar el peso corporal, pero la estancia en el espacio afecta a ese peso.  


Scott Kelly, astronauta de la NASA tras permanecer 340 días a bordo de la EEI, perdió 7% de su masa corporal durante su estancia en órbita (a Mark le fue mejor en la Tierra, incrementando la suya en un 4%). También se observó un descenso en el volumen de la orina del gemelo en el espacio con respecto a los valores previos al vuelo, y en los análisis posteriores ya en la Tierra había signos de esa pérdida de masa corporal.

También se observó un incremento del grosor de las paredes de la vena yugular y las retinas, esto último indicativo de que se produjo un edema en esta zona del gemelo en la ISS. Además, en la orina del astronauta se vio un incremento de un metabolito relacionado con las patologías de retina, si bien éste disminuyó ya en los análisis posteriores a la estancia.

Y en cuanto a los procesos cognitivos, no se observaron cambios demasiado significativos pero sí había cierta reducción en los resultados de Scott durante la permanencia en el espacio (que no se vieron en las pruebas previas, con ambos gemelos en tierra firme). Sí había más diferencia en los resultados una vez había vuelto del espacio, lo cual perduró hasta seis meses después de su vuelta.

 

·        Cambios fisiológicos por la falta de gravedad

La percepción de la ingravidez por parte del cuerpo conlleva una serie de cambios fisiológicos para adaptarse a la nueva situación:

La sangre sometida a la gravedad, se acumula en la parte baja del cuerpo, ante su ausencia  tiende a desplazarse a la parte superior lo que explica el adelgazamiento de las piernas, la hinchazón de la cara y la lengua, provocando esto último la alteración en el sentido del gusto.

También se ve afectado por esta sobrecarga el corazón. El cerebro, ante esto, inhibe la hormona antidiurética. Esta disminución junto a una  mengua hormonal que afecta a la pérdida de sal por el riñón, son las causantes de la pérdida de peso por la gran excreción de orina al poco del comienzo del vuelo. Al quinto día ante la falta de líquido el cuerpo invierte los mecanismos volviendo el peso y los volúmenes a la normalidad.

La falta de gravedad también es la causante del crecimiento de los viajeros. La masa muscular y ósea comienza a disminuir rápidamente en el espacio. Los músculos de la espalda, al estar en reposo constante, se debilitan, lo que hace que esta situación empeore. Un estudio de la NASA del 2016 dice que el 28% de los astronautas han tenido algún problema de espalda.

La columna vertebral es la que más sufre. Los músculos más afectados son los de la espalda, el cuello, las pantorrillas y los cuádriceps, pues en microgravedad, ya no tienen que esforzarse tanto y comienzan a atrofiarse. Tras solo dos semanas, la masa muscular puede disminuir hasta un 20% y, en misiones más largas, de tres a seis meses, un 30%.

 ¿Cómo es posible esto? Y más importante, ¿cuánto se puede llegar a crecer en el espacio?

Todo esto se debe a que la columna está compuesta por vértebras separadas por discos, que son estructuras flexibles de cartílago. Estando en la Tierra, la gravedad hace fuerza sobre estos discos, pero fuera de ella no, lo que me permite que se expandan, alargando de esta forma la columna

Los astronautas pueden llegar a crecer de dos a cinco centímetros durante su estancia en el espacio. El japonés Norishige Kanai explicó que llegó a crecer hasta nueve centímetros tras su estancia en la Espacial Internacional, aunque al regresar a la Tierra esa cifra fue reduciéndose hasta los dos centímetros.

La mala noticia es que este aumento de altura es solo temporal, ya que una vez se regresa a la Tierra, los discos vuelven a comprimirse poco a poco. De hecho, esto es peor de lo que parece, ya que puede provocar dolores de espalda o una hernia discal.

Esto puede provocar problemas como dolor de espalda y hernias discales al regresar a la Tierra.

Hacen falta de dos a cuatro años para que los músculos recuperen plenamente su fuerza original.

Para paliar este problema, se han implementado programas de ejercicios intensivos durante las misiones para poder prevenirlo. Todo ello centrado en la espalda, aunque hay ejercicios para todo el cuerpo, además, tanto para los músculos como para los huesos.

 

Reorganización neuronal

Tras su larga estancia en la EEI, se descubrió que el rendimiento cognitivo del astronauta Kelly cambió poco y se mantuvo relativamente igual al de su hermano en la Tierra.

Sin embargo, observaron que la velocidad y la precisión de su rendimiento cognitivo disminuyeron durante unos seis meses después de su aterrizaje, posiblemente a medida que su cerebro se reajustaba a la gravedad terrestre.

Un estudio sobre un cosmonauta ruso que pasó 169 días en la EEI en 2014 también reveló que algunos cambios en el cerebro parecen ocurrir durante la órbita.

Se encontraron cambios en los niveles de conectividad neuronal en partes del cerebro relacionadas con la función motora (es decir, el movimiento) y también en la corteza vestibular, que desempeña un papel importante en la orientación, el equilibrio y la percepción del propio movimiento.

Las cavidades cerebrales conocidas como ventrículo lateral derecho y tercer ventrículo (responsables de almacenar líquido cefalorraquídeo que proporciona nutrientes al cerebro y elimina desechos) pueden hincharse y tardar hasta tres años en recuperar su tamaño normal.

 

·        Falta de coordinación al caminar

Otro que también podríamos considerar leve es la fala de coordinación que sufren al regresar a la Tierra y adecuarse a la gravedad terrestre. Algunos pierden la coordinación para caminar o realizar acciones normales al encontrar una resistencia que no existía en el espacio. Estos problemas desaparecen al poco de estar un tiempo en nuestro planeta.

¿Qué ocurriría si sucediese algo similar en el destino tras, pongamos, seis meses de viaje? Marte tiene solo un tercio de la gravedad terrestre, pero en todo caso implicaría un ajuste para los viajeros después de haber estado flotando durante meses, para que pudiesen realizar las labores que cada uno tuviese asignada y allí no habría nadie que les ayudase a salir de su nave. El problema dejaría de ser leve.

 

·        Demasiada higiene en la estación orbital

Un estudio plantea que la esterilización de los módulos de la Estación Espacial Internacional puede provocar problemas de salud a los astronautas

Muchas veces pensamos en los microbios como los causantes de enfermedades, pero en el espacio es su ausencia la que provoca problemas de salud. Es habitual que los astronautas que viajan a la Estación Espacial tengan disfunciones del sistema inmune, erupciones cutáneas y otros trastornos inflamatorios. Un artículo científico que se acaba de publicar sugiere que estos problemas se pueden deber a que los módulos de la estación orbital están demasiado esterilizados.

El estudio vio que la diversidad de los microbios que hay allí arriba es muy inferior a la que se encuentra en las casas de los humanos aquí abajo. Los autores sugieren que la presencia de más microbios, que imiten lo que nos encontramos aquí en la Tierra, sería mejor para la salud de los astronautas que unas habitaciones totalmente desinfectadas.

 

·      Heridas y golpes

La evacuación médica solo se ha llevado a cabo una vez, en 1986, cuando un cosmonauta soviético llamado Vladimir Vasyutin tuvo que abandonar el Laboratorio Orbital Salyut-7 debido a una infección de próstata,

En caso de una verdadera emergencia médica que requiera cirugía, la evacuación a la Tierra es actualmente la única manera de que los astronautas reciban un tratamiento integral.

No se han realizado cirugías en humanos en microgravedad, aunque cirujanos robóticos han practicado con animales en el espacio. 

Posible solución - Los científicos han probado un dispositivo llamado sistema quirúrgico de inmersión acuosa (SIA), una cúpula llena de solución salina que, al colocarse sobre una herida, podría retener la sangre y los fluidos corporales.

El sistema inmunitario puede fallar en el espacio: las heridas cicatrizan más lentamente; las células T que combaten las infecciones envían señales con menor eficiencia; la médula ósea se regenera con menor eficacia y las células combaten con menos energía. 

 

·        Bacterias y virus

Algunas bacterias, por ahora de tipo desconocido y no catalogado, han sido encontradas viviendo en las paredes exteriores de la EEI / ISS en la zona de sombra, cerca de donde  se acumulan los residuos de combustible por científicos rusos.

Gracias al experimento BIOMEX realizado en  la EEI, ha quedado demostrado que algunos microorganismos pueden vivir  en condiciones extremas: falta de oxígeno, constante bombardeo de radiación ultravioleta sin filtrar y temperaturas extremas.

El ambiente esterilizado de la ISS puede debilitar la respuesta inmunitaria con el tiempo: al no exponerse a tantos patógenos cotidianos, el sistema inmune baja la guardia. Se han observado erupciones cutáneas, alergias e incluso reactivación de virus latentes (como el del herpes) debido a la disminución de defensas.

La investigación descubrió que los astronautas sufren ciertas disminuciones en el recuento de glóbulos blancos que se corresponden con las dosis de radiación que reciben en órbita.

Si alguno de los astronautas muestra síntomas de un virus o una infección bacteriana. En primer lugar, los síntomas son peores

Además, los contagios son más probables: las naves son espacios confinados donde los humanos respiran aire recirculado, tocan superficies comunes una y otra vez y tienen muchas menos oportunidades de lavarse que en la Tierra.

El principal problema es la difícil relación entre la gravedad cero y los gérmenes. Una tos o un estornudo en la Tierra expulsa partículas infecciosas a una distancia de entre 1 y 2 metros antes de que la gravedad se imponga y se desprendan del aire. 

En el espacio, las partículas flotan por todas partes. Cuando aterrizan, no se asientan en un lugar seguro y apartado. Paneles de instrumentos, superficies de preparación de alimentos y mesas de experimentos están por todas partes. Y los astronautas que se infectan suelen estar menos capacitados para combatir el patógeno

Al mismo tiempo, los patógenos se fortalecen, desarrollando paredes celulares más gruesas, mayor resistencia a los agentes antimicrobianos y una mayor capacidad para formar las llamadas biopelículas que se adhieren a las superficies.

Un estudio de la NASA ha demostrado que el herpes se ha reactivado  en la mitad de los astronautas que han estado en la ISS. Si ha pasado de estar durmiente a estar activo al encontrarse fuera de la Tierra, esto hace pensar que los humanos nos volvemos más vulnerables a los virus. La causa parece estar relacionada por el incremento de cortisol y adrenalina, supresores del sistema inmune, durante los viajes espaciales.

Además, parece que la respuesta del sistema inmunitario de hombres y mujeres difiere. En 2024, un estudio destacó algunas diferencias los astronautas masculinos y femeninos responde a los vuelos espaciales.

Utilizando datos de muestras obtenidas de la tripulación de la misión SpaceX Inspiration 4, que pasó poco menos de tres días en órbita en el otoño de 2021, se identificaron cambios en 18 proteínas relacionadas con el sistema inmunitario, el envejecimiento y el crecimiento muscular.

Los hombres tendieron a ser más sensibles al vuelo espacial, con mayor alteración de su actividad genética y tardaron más en recuperar su estado normal tras regresar a la Tierra.

 

·        Pérdida de la masa ósea 

Los huesos también sufren en la microgravedad. Sin la necesidad de soportar carga, la densidad mineral ósea se reduce entre un 1% y un 1,5% por mes y hasta un 10% en un período de seis meses (en la Tierra, los hombres y mujeres mayores pierden masa ósea a un ritmo del 0,5% al 1% anual)  aumentando el riesgo de fracturas y problemas metabólicos debido a la liberación de calcio en la sangre y por tanto  a una menor resistencia de sus huesos, que les asemeja a los ancianos. Gran parte de esta pérdida ósea no se recupera completamente tras el retorno al ambiente terrestre.

Una estadía de más de seis meses en el espacio puede causar pérdidas óseas equivalentes a décadas de envejecimiento en la Tierra.

Esta pérdida de masa ósea es especialmente significativa en el talón. Esto trae aparejado un aumento de calcio en la sangre. Debiendo ser éste eliminado del flujo sanguíneo por los riñones con el consiguiente peligro de la formación de cálculos.

 


En un estudio con animales llevado a cabo por la NASA, en colaboración con el Blue Marble Space Institute of Science, publicado en la revista PLOS One, reveló preocupantes efectos en la estructura ósea de ratones jóvenes expuestos a condiciones de microgravedad durante 37 días.

El análisis de los huesos de los animales ha mostrado la pérdida de masa ósea y la expansión de las cavidades interiores. Las imágenes obtenidas revelaron la presencia de cavidades significativas en los extremos de los fémures, particularmente cerca de las articulaciones de la cadera y la rodilla. Estas alteraciones internas contrastan con la densidad ósea exterior, que permaneció relativamente intacta. Este patrón sugiere que la microgravedad induce una pérdida ósea localizada, posiblemente debido a la falta de estímulos mecánicos habituales en la Tierra.

Además, los ratones jóvenes del estudio mostraron signos de osificación prematura, un proceso en el cual el cartílago se convierte en hueso antes de lo esperado, lo que podría afectar negativamente el desarrollo esquelético futuro.

 

·      Disminución de la masa muscular 

Es otro de los efectos de la falta de gravedad. Para intentar paliarlo se usan máquinas parecidas a las de un gimnasio. Se pone especial mimo en el cuidado del corazón. Para evitar su atrofia se hacen ejercicios cardiovasculares, pedalear, bailar, aerobic…

 

·       Mal del espacio

La ausencia de gravedad, que puede generar trastornos como el síndrome de adaptación espacial (SAS) y que afecta a entre el 67% y el 75% de los astronautas en el espacio. Se manifiesta con mareos, dolor de cabeza y náuseas.

Ente otras cosas, la transformación de los cambios de gravedad influye en la orientación en el espacio, el coordinamiento ojo-mano y ojo-cabeza, al igual que todos los movimientos. El sistema nervioso se reconfigura en el espacio, lo que afecta la capacidad del cuerpo para ubicarse en su entorno.

Por eso, es normal que algunos astronautas presenten el denominado “mareo espacial”.

Los receptores que se encuentran en el oído interno y que nos sirve para mantener el equilibrio reciben señales para las que no están acostumbrados. Estos trastornos van acompañados de vértigos y nauseas que  pueden incapacitar durante unos días a los astronautas. Los efectos desaparecen pronto.

 

Falta de sueño

La falta de ciclos naturales de luz y oscuridad puede alterar los ritmos biológicos, causar privación de sueño o mermar el rendimiento cognitivo.

 

·        Problemas visuales e inflamación del cerebro

Según un informe publicado en la revista “Radiology”, usando datos de resonancias magnéticas realizadas a veintisiete astronautas con un promedio en el espacio de 108 días, se encontró un exceso del fluido cráneo-espinal  en el 33% de ellos. Además de un aplanamiento de los globos oculares en el 22%. Estas condiciones pueden conducir a problemas en la vista y a hipertensión craneal.

Más del 50% de los astronautas sufren problemas de visión tras misiones prolongadas

En la Tierra, la gravedad ayuda a impulsar la sangre hacia abajo mientras el corazón la bombea de nuevo hacia arriba. Sin embargo, en el espacio, este proceso se altera (aunque el cuerpo se adapta en cierta medida) y la sangre puede acumularse en la cabeza más de lo normal, esto provoca la característica cara hinchada que se ve en los astronautas.

Es posible que parte del líquido se acumule en la parte posterior del ojo y alrededor del nervio óptico, lo que puede provocar un edema. Esto puede provocar disminución de la agudeza visual pueden desarrollar hipermetropía temporal (dificultad para ver de cerca), lo que significa que sus ojos cambian de forma bajo la presión interna y cambios estructurales en el propio ojo (Síndrome Neuro-Ocular Asociado a los Vuelos Espaciales (SANS)). Estos cambios pueden comenzar a ocurrir tan solo a dos semanas de estar en el espacio, pero a medida que transcurre ese tiempo, el riesgo aumenta. En misiones de larga duración, más del 70% de los astronautas han llegado a sufrir SANS.

La exposición a los rayos cósmicos y a las partículas solares (astronautas han reportado haber visto destellos de luz en sus ojos cuando estos rayos  y partículas impactan en su retinas y nervios ópticos) también puede provocar otros problemas oculares. La protección de la atmósfera terrestre desaparece en el espacio.

 

·       Problemas en el tejido cardíaco

Tras sólo 30 días en el espacio, las muestras de tejido cardíaco no sólo se debilitaron, sino que mostraron patrones de latido irregulares y síntomas característicos del envejecimiento.

El científico biomédico Jonathan Tsui proveyó al Centro Espacial Kennedy de la NASA unas pequeñas cámaras compactas que contenían 48 fragmentos de tejido cardiaco humano. Estas fueron cargadas en una nave de SpaceX y enviadas a la Estación Espacial Internacional (ISS) durante un mes, con el objetivo de estudiar los efectos de las condiciones de baja gravedad en el corazón humano como preparación para los viajes espaciales de larga duración.

El equipo utilizó células madre pluripotentes inducidas humanas (que pueden convertirse en distintos tipos de células) y las indujeron a convertirse en células musculares cardíacas humanas. A continuación, conectaron las muestras individuales, cada una de ellas montada entre un par de pilares. Un pilar por muestra de tejido era rígido, mientras que el otro era flexible, lo que permitía que el tejido se contrajera como un corazón latiendo. El pilar flexible contenía un imán que transmitía los datos de contracción del tejido a un sensor.

Todo el sistema se denomina “corazón en un chip” y estaba alojado en un pequeño artilugio que imitaba la cámara de un corazón humano adulto, con el que Tsui viajó a Florida, donde tuvo que seguir cuidándolo durante un mes antes del lanzamiento. En la ISS, la astronauta Jessica U. Meir cuidó de los tejidos, lo que implicó cambiarles los nutrientes líquidos semanalmente.

Mientras los tejidos cardíacos se contraían en la ISS, el equipo de investigación en tierra recibía datos en tiempo real. Compararon las cifras recibidas con las mediciones de un conjunto de muestras idénticas aún en la Tierra. Cuando el corazón en un chip regresó de la ISS, el equipo continuó su análisis y los resultados fueron sorprendentes.

Los tejidos del corazón habían crecido hasta latir con la mitad de fuerza que en las muestras terrestres, y el periodo entre latidos era cinco veces más largo. La irregularidad de los latidos, conocida como arritmia, puede causar insuficiencia cardíaca, pero las contracciones del tejido recuperaron una cadencia normal tras regresar a la Tierra.

A nivel molecular, los sarcómeros -proteínas que ayudan a la contracción- eran más cortos y desordenados tras la exposición espacial, y las mitocondrias de las células, responsables de la producción de energía, se habían deformado.

El año pasado, los científicos enviaron otro grupo de muestras a la ISS, esta vez para probar fármacos que podrían contrarrestar los efectos de la baja gravedad. El estudio está en curso.

Además la acumulación de líquido en la cabeza hace que el organismo interprete que hay un exceso del mismo y reduzca el volumen sanguíneo total. Con menos volumen de sangre y sin la necesidad de bombear contra la gravedad, el sistema cardiovascular se relaja. El corazón puede adelgazar sus paredes musculares y la presión arterial tiende a bajar. Al regresar a Tierra, este ajuste provoca a veces mareos o incluso desmayos (hipotensión ortostática), pues la gravedad vuelve a llevar la sangre a las piernas, y el cuerpo tarda en readaptarse.

 

·        Paro cardíaco 

Si alguien sufre un paro cardiaco en el espacio, no tenemos una ambulancia que pueda transportar a la persona a un hospital, además los sistemas normales para la reanimación no se pueden usar. Hay que utilizar algunos específicos para la microgravedad.

Una posible solución es el llamado <parada de manos> que consiste en apoyar los pies en una pared de  la cabina y la espalda del paciente contra la pared contraria. Fue presentado en el Congreso Europeo de Anestesiología celebrado en Ginebra, junto a otros cinco métodos.

 

Problemas psicológicos

Los viajes espaciales representan un reto mental. La rutina extrema, el aislamiento y la separación de la familia pueden generar ansiedad y estrés. Sin embargo, muchos astronautas experimentan el llamado "Efecto Perspectiva", un fenómeno psicológico en el que, al ver la Tierra desde el espacio, desarrollan una profunda conexión con el planeta y una renovada apreciación por la vida.



EXPOSICIÓN A LOS RAYOS CÓSMICOS

·         

A  Atrofia cerebral

Según las conclusiones de un estudio realizado a diez cosmonautas rusos que han pasado más de seis meses en al ISS, la estancia en microgravedad durante periodos prolongados causa alteraciones permanentes en el cerebro. En este estudio financiado por la ESA y la Academia de Ciencias Rusa,  se ha constatado que los sujetos estudiados han perdido hasta un 3,3% de materia gris en los lóbulos temporales y frontal  que en su mayoría se recuperará al cabo de siete meses del regreso. No sucede lo mismo con la materia blanca de la que se produce una pérdida pequeña, pero que proseguirá en los meses sucesivos produciéndose una alteración de la circulación cefalorraquídea.

Asimismo un estudio llevado a cabo por la Universidad de California, publicado en “Nature´s Scientific Reports” indica que los tripulantes de un prolongado viaje por el espacio sufrirían deterioros cognitivos y demencia debido al bombardeo constante de su cerebro por los rayos cósmicos. Según indicó el Dr. Charles Limoli, profesor de Oncología de la radiación: “La exposición a estas partículas puede conducir a una serie de posibles complicaciones del sistema nervioso central que  ocurren durante y después de persistir un largo recorrido real del espacio, como diversas disminuciones del rendimientos, déficit de memoria, ansiedad, depresión y problemas en la toma de decisiones”.

Con los métodos de viaje actuales nuestra singladura hasta Marte duraría seis meses para la ida y otro tanto para el regreso ¿En qué estado físico se encontrarían los cerebros de los viajeros que realizaran esta travesía?

 

·        Riesgo de cáncer

 Pese a que la ISS se encuentra dentro del campo magnético protector de la Tierra, al escudo protector de la nave y a los trajes espaciales, los astronautas están expuestos a diez veces más radiación que en la madre Tierra. Fuera de estas protecciones, estas radiaciones cósmicas que atraviesan casi todos los materiales pueden producirles cáncer, alterar las funciones cognitivas y  motoras, enfermedades cardíacas  y circulatorias

 

 

Algunos problemas resueltos

 

 

¿Los astronautas se pueden poner enfermos?



Una de las grandes dudas surge en torno a los cuidados e higiene personal de los astronautas mientras permanecen en un estado de ingravidez absoluto. Lo primero que hay que saber es que los astronautas no se preocupan por los gérmenes en el espacio. Tal y como señalan desde la NASA, los únicos a los que tienen que hacer frente son los que ellos mismos llevan de la Tierra, pero eso no implica que no deban cuidarse.

"La gravedad cero provoca el movimiento de los fluidos corporales", lo que puede provocar que los astronautas sienten que viven en un resfriado constante. Los astronautas deben hacer ejercicio diario, unas dos horas al día, recurriendo a la cinta andadora o a la bicicleta estática para evitar el deterioro óseo o la atrofia muscular que pueden aparecer en situaciones de gravedad cero. Si no hicieran este ejercicio, no podrían ponerse de pie o caminar al volver a Tierra, después de semanas (o, en este caso, meses) flotando en el espacio.

 

¿Cómo se bañan o duchan los astronautas?

La tripulación espacial se baña a diario, aunque de manera diferente a como lo hacemos en la Tierra. Los astronautas utilizan esponja y toallitas para lavarse el cuerpo y un champú seco para lavarse el pelo. "El agua y la espuma del jabón se adhieren a la piel en condiciones de ingravidez y el exceso de agua lo succiona un taque de aguas residuales" instalado en la EEI.

En lo que respecta al cepillado de dientes, también se realiza a diario. Pero con ciertas diferencias. Si bien se puede utilizar el mismo material que en la Tierra, la mayoría de los astronautas utilizan una cantidad de pasta dentífrica menor que la que usamos en la Tierra y en lugar de escupirla, se la tragan. Otros prefieren no tragársela y la escupen en una de las toallitas que utilizan para el lavado diario.

 

·       La comida en el espacio

La alimentación es básica, también en la EEI. De hecho, quizás lo es más: la nutrición desempeña un "papel fundamental" en la salud y el rendimiento de los astronautas, no sólo durante las misiones, sino también antes y después. Pero además, en un entorno como el de la EEI, la alimentación también tiene una importancia psicosocial, es por eso que existe un laboratorio especializado en alimentación en la NASA en el que se desarrollan alimentos nutritivos pero también que a los astronautas resulten apetitosos. De este modo, la tripulación "tiene la oportunidad de complementar el menú con sus comidas favoritas".

Son los propios astronautas los que seleccionan su menú, entre las opciones de una amplia gama de alimentos. Eso sí, las dietas están diseñadas para proporcionar el 100% del valor diario de vitaminas y minerales necesarios para vivir en este entorno. Hay diferentes tipos de comida en el espacio:

  • Alimentos rehidratables: esta es, además, una forma de mantener el peso de la nave, especialmente durante el lanzamiento, porque se elimina el agua de los alimentos. Luego se le añade antes de que sean consumidos, en este proceso de rehidratación. Este proceso sirve tanto para comida como para bebida. Hay sopas, consomés, cremas, guisos e incluso huevos revueltos o cereales, que se pueden rehidratar con leche en polvo. Los envases de este tipo de alimentos son flexibles para facilitar la compresión de los residuos después de su consumo.
  • Productos termoestabilizados: este tipo de alimentos se procesan térmicamente para destruir microorganismos o enzimas dañinos. Se trasladan en porciones individuales en latas de aluminio, vasos de plástico o bolsas flexibles. La mayoría de las frutas y pescados, como el atún o el salmón, se termoestabilizan en latas, que vienen con apertura fácil. Los postres, por ejemplo, se envasan en vasos de plástico pero la mayoría de platos principales se envasan en bolsas flexibles: después de calentarlas, se abren con tijeras y se consumen con cubiertos normales.
  • Alimentos irradiados: esta es otra técnica que se utiliza para eliminar microorganismos que puedan ser dañinos. Estos productos son similares a los termoestabilizados, están listos para comer y sólo requieren un proceso de calentamiento previo. Lo más frecuente es que algunos productos cárnicos se consuman en el espacio después de haber sido tratados con radiación.
  • Alimentos naturales: productos como las galletas o los frutos secos se envasan y se consumen de manera natural, sin necesidad de ninguna preparación adicional.

Todas las bebidas que beben los astronautas vienen en polvo: hay café, té, sidra o zumos. Los envases de las bebidas son de aluminio, con un adaptador que sirve para añadirle el agua desde el dispensador e hidratarla, para después poder beberla con una pajita. Todas las comidas de los astronautas son de muy fácil preparación: en unos cinco minutos se puede preparar una comida completa para cuatro tripulantes. Se prepara en la cocina, que tiene un dispensador de agua para rehidratar y un horno, para calentar los alimentos. Por norma general, los miembros de la tripulación tienen ciclos de menú de ocho días: es decir, cada ocho días repiten menú. Los recipientes para alimentos son desechables y los cubiertos y bandejas se limpian con toallitas desinfectantes húmedas, lo que elimina la necesidad de lavavajillas o fregadero.

·        Cómo usan el baño los astronautas

El punto más escatológico del día a día en el espacio es, quizás, el que más interesa al mortal común. ¿Cómo sus necesidades fisiológicas los astronautas? El primer estadounidense que llegó al espacio, Alan Shepard, se vio obligado a orinar durante la misión, que duró unas horas más de lo previsto. Como no había opciones, el control de la misión determinó que podía orinar dentro de su traje espacial sin que ello conllevara ningún peligro. A día de hoy, esto no es necesario: desde el año 2000 la Estación Espacial Internacional tiene un inodoro, aunque era mucho más complicado para las mujeres, porque había que orinar de pie.

En 2018, la NASA invirtió 23 millones de dólares en crear un inodoro nuevo para los astronautas en la EEI, con el fin de evitar los problemas derivados de la gravedad cero. Se trata de un inodoro de vacío que consta de dos partes: una manguera con un embudo en el extremo para orinar y un pequeño asiento elevado para defecar. El baño está lleno de asideros para agarrarse y correas para mantenerse sentado. Para orinar, los astronautas pueden sentarse o quedarse de pie: se sujeta el embudo y la manguera contra la piel para evitar fugas. Para defecar, se sientan en el asiento (como en la Tierra), pero una vez que se levanta la tapa del inodoro éste empieza a succionar, para evitar que todo lo que entre 'salga volando' y también para controlar los olores. Los residuos sólidos se aspiran en bolsas de basura que después se colocan en depósitos herméticos.

·        ¿Cómo se duerme en el espacio?

Los astronautas duermen (o intentan dormir) como lo hacen en la Tierra, pero con algunas diferencias considerables: en el espacio también se sueña, y se ronca, pero los patrones de sueño pueden verse afectados por muchos factores, desde la ansiedad al ruido de la propia EEI. Cada astronauta duerme con antifaz y tapones de oídos para bloquear la luz y el ruido durante su tiempo de descanso, pero además deben abrocharse un cinturón para evitar ir chocando con los objetos y los espacios de la estación. Suelen tener sacos de dormir que se fijan a un asiento o a la pared.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los astronautas a la hora de dormir es la alteración de los ritmos circadianos: estamos acostumbrados a dormir en una jornada de 24 horas con un anochecer y un amanecer; pero en la Estación Espacial Internacional se pueden experimentar 16 amaneceres al día, por lo que las horas de sueño, en el espacio, han de estar programadas: los astronautas tienen un horario específico y estricto, al que se adaptan antes incluso de comenzar las misiones. Además, la estación adapta su iluminación al horario de la Tierra. Es habitual también que los astronautas recurran a sustancias sin receta para adaptarse al sueño, como a la melatonina o a la cafeína.

 

·        Sexo en el espacio


 

Las relaciones sexuales son parte de las necesidades del ser humano, entre otras cosas, porque contribuyen a su salud física y mental.

No hay ningún factor biológico que impida a las relaciones sexuales en órbita, pero las condiciones en las que viven los astronautas sí lo impiden o, por lo menos, lo dificultan.

La ingravidez experimenta fuera de la Tierra hace que los ritmos circadianos se alteren y eso lo trastoca todo, incluido el apetito sexual, hasta que se reajusta al cabo de unas semanas. Provoca cambios hormonales, lo que reduce temporalmente la libido, y hace que los fluidos corporales como el sudor, la humedad vaginal y el semen no fluyan.  La microgravedad es la culpable de que  el flujo sanguíneo invierta su curso y se mueva hacia arriba, hacia la cabeza y el pecho, en lugar de circular por la mitad inferior del cuerpo de tal forma que se acumulan o quedan flotando. No en vano, las agencias les recomiendan a sus astronautas no llorar.

Los científicos han cuestionado si, ante este escenario, las erecciones masculinas serían posibles. Pero algunos astronautas se han sincerado sobre los cambios que han observado en su cuerpo durante estas estancias y la respuesta es que sí. A Ron Garan, un astronauta estadounidense que fue al espacio dos veces, contestó lo siguiente: "No sé nada de lo que le sucede al cuerpo humano en la Tierra que no pueda suceder en el espacio".

Otro astronauta, Mike Mullane, relata en su libro Riding Rockets que durante su primera mañana en el transbordador espacial Discovery, se despertó con "una enorme erección" y que no sólo era posible excitarse en el espacio, sino que a veces los vaivenes del flujo sanguíneo lo aceleraban: "Tuve una erección tan intensa que me dolía. Podría haber perforado la kriptonita".

La gravedad terrestre nos ayuda mucho en el acto sexual. El sexo implica presión. En el espacio, sin ninguna fuerza que contrarreste la tuya, terminas constantemente alejando a tu pareja de ti

Los problemas que rodean el acto giran en torno a la microgravedad experimentada por los astronautas. Cada empujón o embestida lo impulsará en direcciones opuestas, incluso el toque más leve puede hacer que sea difícil mantenerse en contacto si ambas personas no están debidamente ancladas. Ante este problema una solución podría ser aprovecharse el velcro con el que están cubiertas las paredes de la Estación Espacial Internacional pegando con velcro a un compañero a la pared para consolidar el acto sexual. 

Otra opción sería utilizar la ayuda de una tercera persona, quien facilitaría la estabilidad de la pareja para lograr una relación sexual, de acuerdo con una simulación que realizaron. 


En la primavera de 2004 la fallecida escritora de ciencia ficción, poeta y diseñadora  Vanna Bonta, fue invitada junto con su marido a su primer vuelo en microgravedad simulada en el G-Force One de Zero G Corp.

Cuatro años más tarde de aquel vuelo los Bonta repitieron experiencia en el G-Force One, esta vez vistiendo el 2suit, una prenda diseñada por Vanna para facilitar el contacto sexual en el espacio.

Se trata de un traje doble con unas tiras de velcro que se convierte en un saco único donde los cuerpos no necesitan trabajarse esa aproximación. Con dos aberturas en la ingle, cubiertas de velcro, el cual permite que dos personas se sujeten.

Pero solo fue probado en un avión de gravedad cero por la autora y su esposo, quienes solo se besaron durante la simulación, por lo que se desconoce su efectividad. Aunque el funciona como vestimenta independiente y sirve también para condiciones de emergencia donde interesa la transmisión del calor corporal de un cuerpo a otro, las agencias espaciales no parecen dispuestas a usarlo.

la Nasa ha aclarado que los humanos no han tenido sexo en el espacio. De hecho, siempre ha pedido "abstinencia" en sus misiones.

En 1992, dos astronautas de la NASA se enamoraron durante un entrenamiento para una misión en el transbordador espacial Endeavour y se casaron. Mark Lee y Jan Davis mantuvieron su relación en secreto y se lo contaron a sus superiores cuando ya era demasiado tarde para que la misión pudiera ser cancelada, algo que habría sucedido al instante por una norma que prohibía entonces a los astronautas casados volar juntos. Literalmente, se fueron de luna de miel al espacio. Y lo que hicieron allí sólo lo saben ellos. 


Diez años antes la astronauta rusa Svetlana Savitskaya, la segunda mujer en el espacio, se unió a la misión Soyuz T-7 durante ocho días. Dos hombres ya estaban a bordo cuando llegó, lo que la convirtió en la primera misión mixta. Según cuenta el cosmonauta alemán Ulrich Walter el vuelo fue planeado con un encuentro sexual.

No obstante, el único encuentro sexual reconocido en el espacio por las agencias tuvo lugar en 1994 y los protagonistas fueron cuatro peces-arroz japoneses.

 

 

SOLUCIONES

 

ALGUNAS PROPUESTAS AÚN MUY LEJANAS

 

·        Falta de gravedad

La empresa United Space Structures (USS) ha propuesto un modelo de Estación Espacial Internacional en forma de champiñón que sería capaz de girar sobre sí misma 4,22 veces por minuto, lo que le permitiría generar en su interior gravedad artificial igual a la experimentada en la Tierra. Además tendría una doble pared. Estando la distancia entre el casco exterior y el interior relleno de agua que serviría para ofrecer protección contra los rayos cósmicos, para ser el depósito de agua de la estación y además para proteger a los tripulantes de las enormes variaciones de temperatura. Tendría unos 100m de diámetro y 400m de largo. Precio 300 millones de dólares y 30 años para ser construida

 

·        Los vientos solares

Investigadores del Laboratorio Rutherford Appleton (RAL), cerca de Oxford, Reino Unido, han dado con un fenómeno que podría solucionar el problema de los vientos solares. Han demostrado que un imán no mayor que el dedo pulgar puede desviar una corriente de partículas cargadas como las del viento solar.

 

·        Radiación solar

La NASA está buscando maneras de hacer frente a la radiación solar. Lleva a cabo estudios como el “Estudio de Reposo en Cama por Gravedad Artificial” para encontrar soluciones al problema.  Una  es instalar fuertes blindajes de metal  o tanques de agua para imitar a la atmósfera de la Tierra. La segunda, es crear naves que llevasen su propia magnetosfera protectora generada por un electroimán.

Una tercera solución sería encontrar una droga  que redujese la vulnerabilidad de los astronautas al cáncer o incluso reparar el ADN dañado. 

En este sentido hay una posible solución a medio plazo para evitar los efectos de la Radiación Cósmica en estancias prolongadas en el espacio. Esta podría estar en la capacidad de unos animalitos de dimensiones inferiores al milímetro llamados Tardígrados, Osos de Agua o Cerditos del musgo. Estos bichitos, maestros de la supervivencia, son capaces de sobrevivir a las condiciones extremas del espacio gracias a la segregación de una proteína. 

El secreto de su resilencia biológica a la radiación está en la proteína Dsup ("Damage Suppressor" o "supresor de daños"), que actúa como escudo celular, preservando la integridad del ADN frente a la radioactividad.

Este avance fue logrado por un equipo internacional liderado por Ameya Kirtane, profesora de la Facultad de Medicina de Harvard y científica visitante del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), junto con investigadores de la Universidad de Iowa, quienes han desarrollado un método innovador para aprovechar esta proteína en beneficio humano.

La solución para introducir  esta proteína en las células humanas es utilizar ARN mensajero (ARNm), la misma tecnología que se popularizó con las vacunas contra el COVID-19.

Sabemos qué, cómo… Ahora falta el cuándo.

 


Gracias a los estudios realizados hasta ahora, se han podido concretar  los diez procesos fisiológicos clave que se han de vigilar en los viajes de larga duración. (Hasta ahora el periodo más largo en el espacio los ostenta Valeri Polyakov, que pasó 437 días a bordo de la Estación Espacial Mir en la década de los 90)

La masa corporal y la nutrición.

  • La regulación de la longitud de los telómeros.
  • El mantenimiento de la estabilidad genética.
  • La salud vascular.
  • La adaptación de las estructuras oculares.
  • Los cambios metabólicos.
  • Los cambios genéticos.
  • Las alteraciones en el nivel de lípidos.
  • La respuesta de las bacterias.
  • Las funciones cognitivas.

 

Hagamos una ucronía. La humanidad ha solucionado todos los problemas médicos antes descritos y otros que pudiesen aparecer en el futuro.

Las naves están protegidas con un escudo contra los rayos cósmicos, están provistas de una gravedad igual a la terrestre y de unos motores que las impulsa a grandes velocidades. Lo que aún no sabemos es cómo doblar el espacio tiempo a nuestro gusto, por lo cual algunos viajes tienen una gran duración.

Se ha descubierto un sistema solar compatible con la vida tal y como la conocemos pero existe un problema, la distancia. Ésta es tan grande que para llegar allí el tiempo estimado a Próxima Centaury (la estrella más cercana a nuestro sistema solar, a 4,24 años luz) es de miles de años entre 19.000 y 81.000.  Aunque hace ya tiempo que se utiliza la hibernación inducida, este método no sirve para este larguísimo viaje.

Nota: A día de hoy el récord de permanencia en el espacio lo ostentan dos cosmonautas rusos, Oleg Kononenko y Nikolai Chub, que en 2024, pasaron 374 días en órbita (recorrieron más de 254 millones de kilómetros durante sus 5.984 vueltas a la Tierra) Kononenko también ostenta el récord de mayor tiempo acumulado en el espacio: un total de 1.111 días en órbita.

Como el ingenio humano no tiene límites, un conjunto de varias mentes brillantes encontraron una solución: enviar una tripulación muy joven que se reproduzca durante el viaje.  La primera generación de astronautas procreará a la segunda a la que instruirá para que la sustituya llegado el momento. A esta la reemplazará la siguiente y así sucesivamente hasta llegar al destino. De esta forma serán muchas las generaciones de tripulantes que nunca habrán tenido contacto directo con los humanos que habitan en el planeta madre.

¿Qué ocurre con el lenguaje cuando pasan varias generaciones? Evoluciona.

Las expresiones y palabras del habla cotidiana pueden ser completamente diferentes, y eso no es lo peor. El acento y las inflexiones que se hacen al hablar también cambian con el tiempo, lo que hace que un traductor electrónico sea completamente inútil.

Las comunicaciones entre los viajeros, donde varias generaciones han vivido aisladas durante cientos de años, y el planeta serán cada vez más esporádicas a medida que la nave se aleja en tiempo y distancia. Para cuando la nave llegue a su destino, la tripulación habrá desarrollado un idioma completamente diferente al que se hable en la Tierra, en la que por cierto el idioma también habrá evolucionado por su cuenta.

¿Se entenderán, será un problema?

 


El espacio es nuestra última frontera pero, para cruzarla tendremos que pasar de la actual navegación de "cabotaje" donde estamos protegidos por la magnetosfera terrestre, a otras singladuras de grandes, enormes distancias - la estrella más cercana se encuentra a unos 4 años/luz - donde estaremos sin esa protección. Si queremos que los viajeros regresen de esa odisea sanos y salvos a la Ítaca azul en la que nos movemos por el cosmos, aún tendremos que implementar muchas soluciones de las que hoy por hoy no disponemos

 

 

 

 

 

Webgrafía

2019 - Problemas a resolver para viajes de larga duración por el espacio

http://avionesdecarreras.blogspot.com/2019/04/2019-problemas-resolver-para-viajes-de.html

Escudos magnéticos para proteger misiones espaciales – Universo Doppler-  Https://universodoppler.werdpress.com/2010/07/29/escudos-magneticos-para-proteger-misiones-espaciales/

Diseñan una enorme Estación Espacial con gravedad artificial.https://www.europapress.es/ciencia/misiones-espaciales/notica-disenan-enorme-estacion-espacial-gravedad-artificial-20150409110119.html

Estas bacterias han sobrevivido 533 días en el espacio

https://es.gizmondo.com/estos-microorganismos-han-sobrevivido-533

 Aviones de carreras-Velocidad y precisión en el aire: 2017  Problemas a resolver-  Científicos rusos encuentran una bacteria desconocida viviendo en el exterior de la Estación Espacial Internacional a resolver –

http://avionesdecarreras.blogespot.com/2017/11/2017-problemascientificos-rusos.html?m=1

Esto es lo que cuesta y el tiempo que hace falta para hacer un traje de astronauta

https://es.gizmondo.com/esto-es-lo-que-cuesta-y-el-tiempo-que-hace-falta-para-h-1797047944

Aviones de carreras-Velocidad y precisión en el aire: Problemas a resolver- 2018 El cerebro se atrofia después de pasar seis meses en la estación espacial

http://avionesdecarreras.blogespot.com/2018-11-problemas-resolver-2018-el-cerebro-se-html?m=1

 Elena Escudero, profesora de Fisiología de la UAM en un artículo publicado en el PAÍS en 1998.

https://elpais.com/diario/1998/11/08/sociedad/910479602_850215.html

 Podcast de Ciencia al Cubo, el programa de ciencia de América Valenzuela en Radio 5

http://www.rtve.es/noticias/20100705/problemas-salud-astronautas/338463.shtml

Falta de gravedad afecta vista y cráneo de astronautas.

https://www.radiotelevisionmarti.com/a/viajes_astronautas_salud_vision_craneo/9354.html

https://www. Vix.com/es/btg/curiosidades/4718/5-consecuencias-fisicas-de-los-viajes-espaciales-en-los-astronautas/

¿Qué les ocurre a nuestros cuerpos en el espacio? Así es la salud en gravedad cero- CNN

https://cnnespanol.cnn.com/2016/05/20/que-le-ocurre-a-nuestros-cuerpos-en-el-espacio-asi-es-la-salud-en-gravedad-cero/

¿Qué pasa si los astronautas se enferman en el espacio?-CNN

https://cnnespanol.cnn.com/2017/06/22/que-pasa-si-los-astronautas-se-enferman-en-el-espacio/

 Viajar al espacio puede causar demencia y pérdida de memoria

https://www.eluniversal.com.mx/articulo/ciencia-y-salud/ciencia/2016/10/10/viajar-al-espacio-puede-causar-demencia-y-perdida-de

180552 dólares por quedarse en cama 60 días: La NASA busca voluntarios para su más reciente experimento.

https://www.xakata.com/investigacion/18-522-dolares-quedarse-cama-60-dias-nasa-busca-voluntarios-para-su-reciente-experimento

La Estación Espacial Internacional está “demasiado limpia” para los astronautas  EL COMERCIO PERÚ

https://elcomercio.pe/mag/respuestas/ciencias/la-estacion-espacial-internacional-esta-demasiado-limpia-para-los-astronautas-nnda-nnni-noticia/

¿Qué pasaría si desapareciera el campo magnético terrestre?

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/que-pasaria-si-desapareciera-campo-magnetico-terrestre_24160#:~:text=Conocemos%20al%20campo%20magn%C3%A9tico%20como,volver%C3%ADa%20a%20ser%20la%20misma.&text=El%20campo%20magn%C3%A9tico%20terrestre%20gu%C3%ADa,luminoso%20de%20las%20auroras%20boreales

No es que los astronautas sean más despistados que el resto de seres humanos. Ahora se ha descubierto que el espacio afecta a su capacidad cognitiva

https://www.mundodeportivo.com/urbantecno/ciencia/no-es-que-los-astronautas-sean-mas-despistados-que-el-resto-de-seres-humanos-ahora-se-ha-descubierto-que-el-espacio-afecta-a-su-capacidad-cognitiva#:~:text=De%20acuerdo%20con%20un%20an%C3%A1lisis,aunque%20luego%20se%20mantiene%20estable

Viajar al espacio puede causar demencia y pérdida de memoria

https://www.vertigopolitico.com/todo-menos-politica/conocimiento/viajar-al-espacio-puede-causar-demencia-y-perdida-de-memoria

Los desafíos psicológicos de los viajes espaciales y la preparación de la mente para Marte - ABC News

https://www.abc.net.au/news/health/2024-03-09/preparing-human-mind-space-travel-mars-astronauts-mission/103563280

¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo en el espacio y cuánto podemos llegar a crecer? Espalda

https://www.marca.com/tiramillas/actualidad/2025/03/13/67d2ff0346163f4c678b45bc.html

Esta sería una de las razones por la que los astronautas varados en el espacio regresaron a la Tierra con el cabello de color gris | NTN24.COM

https://www.ntn24.com/noticias-ciencia-y-tecnologia/esta-seria-una-de-las-razones-por-la-que-los-astronautas-varados-en-el-espacio-regresaron-a-la-tierra-con-el-cabello-de-color-gris-546101

Un estudio con dos astronautas gemelos muestra los efectos en humanos de pasar un año en el espacio - Genotipia

https://genotipia.com/genetica_medica_news/gemelos-nasa/

Los resultados finales del estudio de los gemelos espaciales: hay diez procesos fisiológicos clave a vigilar en los viajes largos

https://www.xataka.com/espacio/resultados-finales-estudio-gemelos-espaciales-hay-diez-procesos-fisiologicos-clave-a-vigilar-viajes-largos

Nadie entenderá tu idioma cuando vuelvas del viaje interestelar

https://es.gizmodo.com/los-viajes-interestelares-haran-que-los-idiomas-humanos-1844318782

El mayor descubrimiento de la NASA: envió una misión tripulada a Marte y el resultado fue inesperado

https://www.cronista.com/informacion-gral/el-mayor-descubrimiento-de-la-nasa-envio-una-mision-tripulada-a-marte-y-el-resultado-fue-inesperado/

Hemos estudiado los huesos de unos ratones que pasaron 37 días en el espacio. Los resultados no son optimistas

https://www.xataka.com/espacio/hemos-estudiado-huesos-unos-ratones-que-pasaron-37-dias-espacio-resultados-no-optimistas/amp#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=17438587394351&csi=0&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com

Proponen inyectar proteína de tardígrado a astronautas

https://www.dw.com/es/cient%C3%ADficos-proponen-inyectar-prote%C3%ADna-de-tard%C3%ADgrado-a-astronautas/a-71816480

"Me desperté con una gran erección". El sexo en el espacio era tabú para la NASA... Hasta ahora

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2024-04-30/sexo-espacio-nasa-astronautas-relaciones-reproduccion_3871733/

¿Es posible el sexo en el espacio? Esto dice la ciencia

https://www.eltiempo.com/cultura/gente/los-astronautas-pueden-tener-sexo-en-el-espacio-641760

2suit: un traje diseñado para tener relaciones sexuales en el espacio

https://www.lasexta.com/tecnologia-tecnoxplora/ciencia/astronomia/2suit-traje-disenado-tener-relaciones-sexuales-espacio_2014090957fca5ce0cf2fd8cc6b0ead4.html

La NASA quiere investigar el sexo en el espacio. Para sus astronautas puede significar una cosa: practicarlo

https://www.xataka.com/magnet/nasa-quiere-investigar-sexo-espacio-para-sus-astronautas-puede-significar-cosa-practicarlo-1

La guía definitiva para practicar sexo en el espacio

https://www.xataka.com/espacio/la-guia-definitiva-para-practicar-sexo-en-el-espacio

 

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