El aterrizaje de un Boeing 747-400 hoy en el Aeropuerto de Teruel supone el inicio de la actividad industrial de estas instalaciones que comenzaron a gestarse hace nueve años, y que prevén albergar más de 200 aviones en los próximos años.
El aeropuerto, explotado por la empresa multinacional francesa Tarmac Aerosave, filial de Airbus, dedicará su actividad principal al estacionamiento, mantenimiento y reciclado de grandes aeronaves, que hoy han comenzado a llegar.
La empresa ofrece el servicio de estacionamiento de larga estancia para las compañías aéreas, que incluye los trabajos de mantenimiento necesarios para que los aparatos vuelvan a volar en el momento en el que sea necesario.
Las instalaciones turolenses están certificadas y podrán albergar en los
próximos años más de 200 grandes aeronaves, para lo que se está
pavimentando una campa de 120 hectáreas en la que se instalarán las
aeronaves.
Desde que el primer B747 aterrizó hasta hoy, el aeropuerto ha sido escenario de 16.000 operaciones, entre despegues y aterrizajes. En esta cifra se incluyen, además de la llegada y partida de grandes aviones, las avionetas, la aviación ejecutiva y helicópteros. La campa de estacionamiento de larga estancia, que llegó a contar con un máximo de 130 aviones aparcados, ahora tiene 72 debido a las continuas salidas para atender la creciente demanda.
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