Si existe volando aun en los cielos españoles un ULM que sea nuestro, enteramente de fabricación española, con más de treinta años desde su primera salida del hangar para surcar los cielos y en el que son legión los que han aprendido a volar en ULM, sin duda ya sabéis de quien estamos hablando , si señor, de nuestro querido TANGO.
En los años 80 del siglo pasado, un hombre que desde niño había sentido pasión por volar desde que viera a los aviones de la base aérea de Getafe, cercana a su casa, surcar los cielos, que sentía esa pasión por los aviones, consiguió ver plasmado un sueño en una realidad, concretamente en el año 1983 salía de la fabrica el TANGO I. Así es como lo recuerdan los que conocieron a D. Miguel Ángel Garvia y su sueño, entre ellos su hijo José Antonio que, junto con sus hermanos Juan Manuel y Miguel, ayudaron a su padre en esa aventura de construir un ULM español que haría historia. Primero constituyeron la sociedad familiar Sport Aircraft S.A., que sería la empresa donde se gestaría el proyecto TANGO I y vería la luz el avión terminado.
Se han construido más de 250 unidades y aunque ya no se fabrica lo cierto es que se trata de un avión ultraligero tan bien hecho, tan versátil, fácil de mantener y actualizar que se le sigue viendo volar en los cielos no solo españoles, sino de otros países. La certificación del TANGO I se obtuvo en 1984 y era el primer ULM de fabricación española que lo obtenía.
Es un ULM de dos ejes, construido en fibra y tubo, en el que las primeras unidades montaban un motor ROTAX 503 o el ROTAX 582. Un aparato capaz de volar a tan solo 40 km/h le hace ser sumamente maniobrable y especialmente idóneo para el inicio del vuelo en ULM. Por ello es uno de los aparatos en el que mayor número de pilotos españoles han iniciado su experiencia del vuelo en ultraligero.
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