El primero, el que debería encabezar esta entrada sobre cohetes españoles, el España 1, no aparece porque los gobernantes de la época no tuvieron la visión de futuro necesaria para apoyar el proyecto que nos habría situado en el grupo de cabeza en temas espaciales.
El Programa Espacial Español tiene su origen en la creación, por ley de 8 de julio de 1963, de la Comisión Nacional de Investigación del Espacio (CONIE). La primera fase del mencionado Programa, desarrollado entre 1968 y 1975, contaba con un presupuesto de cien millones de pesetas anuales.
Nacimiento
del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA)
Allá por mayo de 1942, se creó el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Este organismo público comenzó una cooperación con la conocida NASA (National Aeronautics and Space Administration o Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) a principios del año 1960 a través de la construcción de la Estación Espacial de Maspalomas (Gran Canaria).
Estación que estaba destinada a brindar apoyo a la primera misión de vuelo espacial tripulado de la NASA, el Programa Mercury, formando parte de una red de catorce estaciones de este tipo distribuidas por todo el mundo. La Estación Espacial de Maspalomas también participaría en el seguimiento de varias misiones encuadradas en los programas Gemini y Apolo.
Primeras actividades espaciales
Las actividades de la CONIE dieron comienzo en el año 1965 y el primer lanzamiento de un cohete científico se produciría el 15 de octubre del año siguiente. Se trató de un cohete de sondeo atmosférico Skua de origen anglo-estadounidense que estaba propulsado por combustible sólido. El primer lanzamiento desde la zona de El Arenosillo, en Mazagón (Huelva), fue inmediatamente seguido por otros dos.
Esta primera fase del programa espacial de la CONIE continuó con los cohetes sonda estadounidenses Judi-Dart. Tras prorrogarse en 1966 el acuerdo con la NASA para la utilización de la Estación Espacial de Maspalomas, se lanzarían cuatro cohetes Nike Cajun, dos de los cuales fueron ensamblados por el INTA. Se da la circunstancia de que el Ejército de Tierra español llegó a contar con una batería de misiles tierra-aire Nike Hercules que fueron dados de baja en 1989.
Salto cualitativo
El siguiente avance significativo se produjo en el segundo semestre del año 1969 con el exitoso lanzamiento, de nuevo desde el Centro de Experimentación de El Arenosillo, de tres cohetes denominados INTA 255. Estos ingenios habían sido fabricados en colaboración con Bristol Aerojet, empresa constructora de los cohetes Skua.
El cohete INTA 255, cuya longitud y peso totales eran de 6,03 m y 340 kg, respectivamente, podía elevar una carga útil máxima de 30 kg hasta una altura de 150 km, alcanzando una velocidad máxima de Mach 6,4. Este cohete serviría de base para desarrollar el siguiente vehículo.
Un ambicioso proyecto
La ingeniería española dio un importante paso adicional con la creación de un nuevo cohete, una vez más en colaboración con Bristol Aerojet, que sería denominado INTA 300. El ingenio tenía una longitud de 7,27 m y su peso al despegue era de 503 kg. El primer lanzamiento tuvo lugar el 9 de octubre de 1974, produciéndose sucesivos lanzamientos en los años 1975, 1978 y 1981.
Posteriormente vería la luz una modificación del anterior cohete, que se llamaría INTA 300B. Era un desarrollo que formaba parte del Programa Capricornio, iniciativa cuyo objetivo fue la creación de un vehículo lanzador que habilitase la posibilidad de realizar lanzamientos a un precio asequible y en un corto espacio de tiempo.
Fin de la CONIE
La segunda fase del Programa Espacial español fue aprobada en el año 1975. Tenía una duración de cinco años y una dotación económica de 1.870 millones de pesetas. Sin embargo, con el paso de los años los recursos destinados a este programa fueron menguando.
De cualquier forma, entre los días 11 y 13 de junio de 1984 se lanzaron al espacio dos maquetas, conocidas como Zorzal 1 y 2, seguidas del primer cohete de serie denominado Rocío 1. Se trataba de un cohete sonda español, que tomó el nombre INTA-100, y que podía transportar una carga útil de 6 kg a una altura de 115 km. El proyecto había nacido en el año 1974. El cohete se produjo íntegramente en España y fue utilizado principalmente por el Instituto Nacional de Meteorología.
Se realizarían cinco lanzamientos más en el año 1985, tras los que se produjo un dilatado parón hasta 1990. En consecuencia tendría lugar un dramático deterioro de los equipos tanto humanos como industriales,https://hisplano.blogspot.com/2023/10/2023-gran-hito-de-la-industria-espacial.html con especial incidencia en la fabricación de motores. En paralelo, la capacidad ejecutiva de la CONIE se había venido reduciendo de forma inexorable.
La implantación de la Ley de la Ciencia en 1986 dio la puntilla a la CONIE, que fue reemplazada por la Comisión de Investigación del Espacio. A pesar de que la denominación era similar, este organismo tenía unos cometidos mucho más limitados.
Mucho tiempo después, habría que esperar hasta el 7 de octubre de 2023 para que PLD Space ponga a España de nuevo en el mapa de la cohetería internacional con su demostrador Miura 1 lanzado también desde El Arenosillo
Webgrafía
https://www.eldebate.com/historia/20231030/primeros-cohetes-programa-espacial-espanol_149643.html
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